domingo, 10 de abril de 2016

El "ENEMIGO MAYOR del REINO" de LaSEXTA TV




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Hoy LaSexta celebra su décimo cumpleaños.

He considerado oportuno celebrarlo dedicando unas líneas a una persona que ha contribuido en manera determinante, como pocos otros más, a su incontrovertible liderazgo informativo.

Los "padres" de LaSexta, entre muchos otros Roures, Benet, Contreras, Ferreras, Ruiz de Gauna, construyeron desde el primer momento una TV distinta, innovadora, original y con una clara y declarada orientación de izquierda.
LaSexta fue desde su primer minuto de vida una TV diferente.

Pero, como decía Indro Montanelli, un gigante del periodismo europeo, en la vida más que buenos amigos es importante tener buenos enemigos.
Quiero reconocer públicamente el papel del más precioso enemigo que ha tenido LaSexta en esto 10 años; un enemigo luminoso, constante en su invectiva, implacable en su crítica, incansable en sus ataques, irresistible en sus embestidas.

Un enemigo que ha contribuido, más que todos los amigos, a definir la identidad de LaSexta, utilizando la sofisticada técnica massmediologica del "a contrario"; situándose permanentemente a las antípodas de todo lo que hacía LaSexta; imputándole todos los pecados del mundo.
Esta perseverancia suya ha producido lo que en química se define “escisión electrolítica”, violentas descargas eléctricas que separan inconciliablemente los elementos entre sí adversos.
Con una labor incansable de decenas de artículos, centenares de apariciones radiotelevisivas y miles de twitts, el Enemigo Mayor de LaSexta ha conseguido realizar con ella una antinomia perfecta, adamantina, digitalmente antagónica. Un desequilibrio total, tan radical de convertirse en un elemento de estabilidad.

Sus polémicas, recíprocamente alborozantes, con el líder del Access Prime-Time de la TV en España, siempre me han recordado las peleas de borrachos que, después de una juerga de vino y epítetos, salen juntos de la taberna, sujetándose hombro a hombro el uno con el otro, para no caerse los dos tumbados en la acera.
La intensidad lírica del insulto ha alcanzado en él una epopeya casi homérica, que traspasa la línea del vero-falso: como toda energía en estado puro, es totalmente priva de materialidad.
En efecto el derecho a criticar prescinde totalmente de tener o no la razón.
Si un crítico siempre tuviese la razón de su parte, ya no sería crítico; sería el Heraldo de la Verdad Única, eso que en ruso, y en la URSS, era PRAVDA, a su vez tan criticada por el nuestro.

Criticar es también equivocarse.

Como le ocurre, por ejemplo, cuando acusa el Presidente del Gobierno de haber “salvado” LaSexta.
Sin preguntarse ni una sola vez porque la CNC, entonces dominada por el PSOE, autorizó la fusión T5 + Cuatro a unas condiciones que un año más tarde negó a la fusión, posterior y de menor tamaño, entre A3TV e LaSexta; sin preguntarse quién quería el dominio mediático-publicitario del eje Prisa – Mediaset; sin preguntarse si un oligopolio competitivo fuese mejor que un monopolio, para el mercado y para el pluralismo informativo.

Sí, también el Enemigo Mayor de LaSexta se equivoca, aunque reconozco que en ocasiones estoy más de acuerdo con el que con LaSexta.
Lo que no consigo explicarle es que en un grupo plural como Atresmedia, que suma medios con muy diferente orientación editorial, sería imposible para cualquiera estar de acuerdo contemporáneamente con todos.

Es que el pluralismo, a bien ver, es suma de parcialidades y todos tenemos legítimamente nuestras preferencias. Afortunadamente podemos elegir entre muchos y diferentes medios, los que le tienen a él cómo contertulio, por la verdad cada vez menos, y todos los demás que sobreviven también sin él.

LaSexta brilla cada día más de luz propia y se beneficia además del reflejo de las polémicas que nuestro querido enemigo genera continuamente.
En realidad él LaSexta la querría cerrar: “Carthago delenda est”
Se lo ha pedido hasta a los tribunales, que no le han hecho caso; por ser “cómplices”, dijo este preclaro defensor del Estado de Derecho.

Si no cerrada, al menos que quiebre, pensó.
Pero resulta que Atresmedia ha hecho de LaSexta una empresa sana, rentable y fuerte. De Izquierda, pero independiente.
Así que tampoco perdona a los que nos dedicamos, no ya a los telediarios o a los programas informativos, sino a gestionar la empresa, imputándonos de “querer ganar dinero”
Se  olvida, este liberal sin fronteras, que ganar dinero es un derecho constitucional y una obligación para quienes administramos las inversiones de los accionistas.

A pesar de todos sus defectos, ni pocos ni pequeños, estoy muy agradecido a nuestro Enemigo, porque es el mejor que nos pudiera tocar.
Culto, valiente, claro, directo, siempre, también en las muchas ocasiones en las que se equivoca.
No todos los que animan a diario el debate político en este país pueden presumir de tener estas cualidades.

Decían a Langley de Somoza:
“Es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”

Hermann Tertsch es nuestro Enemigo Mayor, un periodista que en el bien y en el mal dejará un legado en la historia del periodismo español de la Transición hasta hoy, a quien le  tengo un cariño sincero, que a menudo él pone a dura prueba y que seguiré teniéndole, a pesar de él.







Madrid, 10 Abril 2016

lunes, 8 de septiembre de 2014

BANALIDAD DEL MAL Y MALDAD DE LO BANAL

Todo empieza con un punto en lugar de una coma.

El redactor de la agencia EFE,  valorando el incremento del patrimonio de las 8 mayores  grandes fortunas del país, en lugar de escribir 2.979,065 millones de €, escribió 2. 979.065 millones de €, un error de 100.000%.

A pesar de la evidencia simplemente monumental de tal equivocación, perceptible a gran distancia por cualquiera con un poco de sentido común, ya que el PIB de España es de 1.000.000 de millones de €, los redactores de Expansión y de El Economista, principales periódicos económicos españoles, no se dieron cuenta del error y publicaron la información en sus ediciones digitales del 7 septiembre sin corregirlo.

Hasta aquí podríamos estar hablando de un caso de descuido profesional, de jóvenes becarios inexpertos, de periodismo de corta y pega.

También Publico.es, periódico digital de referencia de la izquierda regeneradora, publicó el dato, en este caso subrayando que la riqueza de las 8 grandes fortunas española triplicaba el PIB nacional. Se fijaron en el dato, no le pareció erróneo, y lo compararon con la riqueza generada en un año por todos los españoles.

Ni la comparación con el PIB introdujo la duda del macroscópico error. Nadie se preguntó como pudiera ser posible que solo 8  familias poseyeran un patrimonio, además limitado a activos mobiliarios, de tal tamaño, tan grande era la gana de meterse con los “ricos” que los obcecaba.

En la ocasión retomaban una de sus campañas preferidas: las Sicav, instrumento de los “ricos” para no pagar impuestos, sin contar que todos podemos comprar cuotas de las Sicav de las Koplovitz, de Amancio Ortega, de Abelló, de Del Pino, y beneficiarnos de su mismo tratamiento fiscal, por cierto el mismo tratamiento de los Fondos de Inversión que tienen en España millones de subscriptores.

Aquí el descuido no vale como escusa, porque la nota de EFE, además del total, daba el elenco de las Sicav y el importe de su capitalización; la más grande no llega a 900 millones de € y simplemente con un vistazo se podía detectar inmediatamente el error.

En el caso de Publico.es valió la antigua regla del periodismo militante: “No dejes que la realidad te estropee un magnifico titular”.

El siguiente nivel de “escalation” en el esperpento lo protagoniza @ahorapodemos, la cuenta en twitter del partido de Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero e Iñigo Errejon, publicando el link del artículo de Publico.es, con un comentario indignado y abriendo la veda a la cacería, con cientos y cientos de twitts atribuyendo genéricamente a los “ricos” las causas de todos los males de España.

También Gaspár Llamazares no se resistió a la tentación de cabalgar el tigre de la protesta, cayendo en un error imperdonable para quien es diputado desde el año 1991

Vis polémica, sarcasmos, indignación autentica, protesta violenta y (la madre de todos los tontos siempre está embarazada) insultos y amenazas, todo traía energía de la afirmación, fantasiosamente falsa, que 8 familias poseían una fortuna igual al PIB de España e Italia juntas.

Y todo porque un redactor de EFE puso un punto adonde debía de estar una coma.

Elevada a nivel político, la anécdota deja de serlo, porque la incapacidad de detectar un error de 1.000 veces la realidad inhibe cualquier legitimación a dirigir la cosa pública, por manifiesta carencia de sentido común.

¿Comprarías un coche de un vendedor que te dijera que consuma 8.000 litros de gasolina por 100 km?

¿Te fiarías de un médico que te diagnosticara una gripe y te pronosticara recuperarte en 20 años?

¿Pagarías una factura de 1.000.000 de €, si el presupuesto preventivo era de 1.000 €?


¿Cómo puede un político, que pretende gobernar el país, cometer un error de este tamaño, no darse cuenta, intentar utilizarlo en la polémica política y no caérsele la cara por la vergüenza cuando se destapa?

viernes, 22 de agosto de 2014

LA JAURIA TUITTERA
Como un medio de libertad se convierte en un peligro

El caso de la “violación de Málaga”, cinco jóvenes gitanos acusados de violar una azafata en una noche de feria, generó inmediatamente, y comprensiblemente, las reacciones del twitter-people, indignado contra un episodio, uno más, de violencia a la mujer.

La decisión del juez encargado del caso (una juez, una mujer) de dejar libres con cargos a los tres imputados mayores de edad, en lugar de sugerir cautela  en la reconstrucción y en la valoración de las opuestas versiones de los hechos, desencadenó una oleada de protestas, de críticas en las redes sociales, que a menudo se transformaron en un verdadero linchamiento mediático de los “presuntos” violadores, de la juez, del alcalde que había incautamente aconsejado prudencia, y de la etnia gitana en general.

En twitter nadie intervino para levantar la duda que las cosas podían haber ocurrido de otra manera. La tónica, de hora en hora más tórrida, era gritar al escándalo político (el alcalde), judicial (la juez) y social (los gitanos).

Personas, hasta personalidades, de indudable categoría moral y profesional no tardaron en sumarse a la “indignación general” que vertía inmensa cantidad de insultos, descalificaciones, amenazas a través de las redes sociales. Se llegó al extremo de acusar de complicidad en la violación a un programa de televisión por haber permitido a los acusados de proclamar su inocencia.

Y más allá de la crónica del suceso y de las valoraciones, lo que se expresaba con cínico sarcasmo era una “violencia virtual”, no menos peligrosa de una agresión física, basada en el conformismo, en el anonimato, en la participación multitudinaria.  La versión digital, y de masa, de la Hybris de los griegos antiguos, este instinto violento incontrolable que tiene la fuerza del fuego que purifica, el reo y su verdugo.

Solamente 24 horas después la juez, con la conformidad del fiscal, archivaba la denuncia y dejaba libres y sin cargos todos los acusados. Un vídeo, la grabación del episodio, y unos cuantos testigos confirmaban, más allá de cualquier duda, que se había tratado de un acto consentido entre adultos.

Vale la pena considerar la circunstancia que, dada la situación, la decisión tomada por los magistrados, por muy fundamentada, no dejaba de ser además muy valiente; un valor sin ninguna duda apoyado en la absoluta certeza que la decisión que tomaban era no la mejor, si no la única que jueces dignos de este nombre podían tomar.

¿Qué impacto ha producido en las redes sociales una tan sorprendente evolución de los hechos?

La reacción predominante fue el silencio.

En las siguientes 24 horas, salvos unos cuantos que seguían despotricando en teorías conspirativas, hasta lanzar, siempre vía twitter, una petición popular para exigir la re-apertura del caso, casi nadie de los miles asaltantes del día anterior consideró oportuno rectificar. Si lo hizo Arturo Pérez Reverte, con humildad y estilo propio.

Ni siquiera la solicitación explicita y directa a rectificar, simplemente postando el hastag #perdonMalaga, dirigida a algunos de los más eminentes entre los miles de linchadores digitales, conseguía casi ningún efecto. Muchos, casi todos, han preferido ocultar con el silencio su propio error, aun sabiendo que habían contribuido a la posible destrucción social de cinco chavales y de servidores públicos, culpables de ser inocentes los unos y leales a su juramento los otros.

A estos vanidosos y cobardes conformistas les quiero recordar que en época digital todo deja rastro y que su infamia quedará imborrable, si no procuraran enmendarla con un gesto inequívoco de disculpa.



Considero significativo y muy grave este episodio que demuestra inapelablemente que la libertad, la justicia, el honor son conceptos íntimos, individuales; que no existe, ni puede existir, ningún instrumento que los pueda defender de quien no los siente interiormente; que la “masa”, mimetizarse en la masa,  todavía sigue siendo la coartada de los conformistas; que ir en contra de la corriente es muy incomodo, especialmente cuando la corriente es impetuosa y lo arrastra todo; que twitter y la demás redes sociales, pueden ser una gran palanca de libertad, pero también un feroz instrumento de vejación.  

jueves, 31 de julio de 2014


TENGO UNA CARTA PARA TI

carta abierta a un columnista del ABC



Estimado Sr. Luis Ventoso,

Firma Vd. una opinión titulada “PRINCIPIOS,TODAVIA!” que me permitirá comentar públicamente, por haberla Vd. publicada en la edición de hoy del periódico ABC. No he utilizado los medios del Grupo porque yo tengo otro estilo para resolver estas cuestiones.

Entre otras cosas, nos recuerda Vd. que su colega Ramón Pérez Maura anunció, en una columna análoga a la suya, su decisión de abandonar la colaboración con el programa “Al Rojo Vivo” de LaSexta, iniciada por otra parte casi 4 años antes y mantenida ininterrumpidamente con una media de casi una aparición por semana, la última de las cuales se produjo solo seis días antes de hacer directamente pública su renuncia, sin dar previamente ninguna motivación al director y presentador del programa.

Lo que no nos cuentan, ni RPM ni Vd. es que, a lo largo de sus 120 libres y voluntarias participaciones al programa, el Sr. Pérez Maura,  como todos lo demás tertuliano de LaSexta y de cualquier otro medio de Atresmedia, ha podido expresar libremente sus ideas y sus argumentos, sin que nadie le coaccionara en un sentido u otro. De no ser así, no habría seguido participando a una encerrona semanal, sin darse cuenta de todo.

Nos recuerda que en su columna RPM explicaba “la incongruencia ideológica de quienes sostienen con una mano medios hipercríticos contra Rajoy, mientras lo ensalzan en otros también de su propiedad” y defiende que RPM decidiera dejar de hacer el “tonto útil” según sus palabra, con su larga y reiterada presencia en un programa “de la izquierda televisiva…un espacio de planteamientos sectarios que parte del apriorismo ideológico”

¿Se ha dado cuenta Vd. que las dos criticas constituyen una irreducible contradicción lógica? ¿Cómo se puede llegar a acusar la misma persona y al mismo tiempo por un lado de sectarismo y apriorismo ideológico y  por otro de incongruencia ideológica?

En su opinión ¿qué obstáculo ha impedido a Ramón Perez Maura de hacer valer su ideario en una tertulia donde podía intervenir libremente y donde unos otros siguen defendiendo sus opiniones liberales y de derecha, sin sentirse tontos útiles? ¿O cree Vd. que lo son?

¿Cómo explicaría Vd. que en una situación diametralmente inversa, Pablo Iglesia haya triunfado rápidamente en canales TV claramente orientados hacia posiciones políticas opuestas a la suya, como Canal 13 e Intereconomía?

¿A qué se debe, a su criterio, que exponentes del PP hayan aceptado intervenir en “Al Rojo Vivo” después de la fusión de LaSexta en Atresmedia? ¿Ellos también son tontos útiles?

¿No cree Vd. que en política el discurso y el personal pueden ser factores de éxito? ¿O cree que al final el elector se lo traga siempre todo, siempre y cuando haya quien se lo haga tragar?

La única explicación es que Vds. conciban el periodismo como una afiliación militante no ya a unos PRINCIPIOS, más bien a unos colores, como en el fútbol; que para Vds. informar es prevalecer, en tiempo y espacio; que la Causa sea para Vds. el efecto. 

Os cuesta entender que la información es democrática si es pluralista y que el pluralismo se garantiza establemente no ya en un medio, más bien con un sistema de medios de distinta orientación editorial (aunque algunos pertenezcan al mismo grupo de empresas) que ofrezcan aproximaciones diferentes al público, permitiéndole de elegir lo que le guste más. Si no fuera así, prosperarían solo los medios afines a una sola causa, a  una sola verdad, a una sola idea, y los demás quebrarían. Y aquí en España la quiebra es una amenaza transversal.

Es la fidelidad a estos principios democráticos y pluralistas que hace que a largos plazos las empresas de comunicación sean rentables y, en virtud de su rentabilidad, libres de las presiones y de los chantajes.

El capital, foráneo o autóctono, busca eso y quienes son capaces de conseguirlo. España es protagonista en el mundo en sectores muy importantes: banca, construcción de infraestructuras, textil, telecos. En la industria de los medios, otros en el mundo lo saben hacer mejor. En lugar de lamentarlo, sugiero que con su inteligencia se dedique a preguntarse   porque todos los editores de periódicos han fracasado en sus intentos de hacer televisión, salvo el Grupo del Sr. Lara.

Me dedica Vd. la última parte de su columna, recordando, si hiciera falta, mis anteriores responsabilidades en Tele 5 y en el Grupo Mediaset y mi militancia en el Partito Comunista Italiano. Le confirmo que he cobrado una nómina del PCI a lo largo de 5 años, hace 30 años; y otra de Silvio Berlusconi a lo largo de 15, hacen ya 14 años.

No creo que Vd. elija médico, cocinero, abogado, taxista o albañil prioritariamente en función de sus afiliaciones políticas. O futbolística;  cosa que a mí, forofo de la Juventus, me ha causado con Berlusconi, dueño del Milan, muchos más líos que la política. 
¿O cree Vd. que todos los directivos de ACS en el mundo sean merengues? ¿O que todos los directores de películas producidas por Enrique Cerezo sean colchoneros?
Se puede administrar una empresa sin coincidir, si uno quiere, con el accionista ni en sus pasiones políticas ni en las futbolísticas. Evidentemente el accionista elige, pero yo nunca he escondido mis preferencias, se lo crea o no.

De toda forma, considero plenamente justificado cualquier prejuicio que mi curriculum, en efecto tan poco habitual, pueda generar, y soy normalmente indulgente en materia.
Presuma y opine Vd. lo que le viene mejor para vivir feliz, pero no sea tan esquemático de dar por descontado todo: acabaría equivocándose mucho y muchas veces.  Si tiene tiempo y gana,  encontrará las pruebas de lo que le digo.

Por ultimo me permito darle un consejo.

En la época digital en la que vivimos, todo deja rastro, todo está grabado. No es tan fácil, como antes, que alguien pueda manipular la verdad “pro domo sua”. 

Se lo digo porque su artículo contiene algunas afirmaciones que no corresponden a la verdad:

1 -  Me imputa Vd. de haber hecho públicos, con bajo estilo, los emolumentos del Sr. Pérez Maura. En realidad fue él el primero en hablar de inconfesables intereses económicos derivados del “axioma periodismo y dinero”.  En principio yo hablé de decenas de miles de € y solamente después que RPM me acusara de mentiroso, documenté el número de sus participaciones; lo que cobran los tertulianos de “Al rojo Vivo” ha sido publicado ya muchas veces, también por el ABC.

2 -  Nunca emplacé RPM a devolver el dinero; le propuse apostar una cena, y él me desafío apostando 30.000€, que donaría a Caritas España, si yo tenía razón. El hecho que el día siguiente don Ramón Pérez Maura donara 30.000 € a Caritas demuestra dos cosas: que yo tenía razón y que él es un Señor.

3 -  RPM ha pagado porque ha perdido una apuesta, incautamente propuesta por su parte, a pesar que avisé que disponía de datos, y porque es un gentleman que, como tal,  asume las consecuencias de sus palabras; niego que tuviese la intención de devolver el dinero legítimamente ganado durante 4 años, ya que la última factura, como el mismo admite,  la entregó al pago unos  días antes de desmarcarse del programa.

Le garantizo que lo que le digo puede ser demostrado irrefutablemente.

Tanto Le debía Sr. Ventoso y me despido con una súplica: si quiere Vd. cuestionar ulteriormente  mis afirmaciones en relación al Sr. Pérez Maura, me gustaría que fuera valiente como el: apueste también Vd. como hacen los gentlemen cuando quieren dirimir una cuestión  de verdad.

Agradecido por el tiempo que me ha dedicado y le saludo obsequiosamente.




EL OUTONTING

Confesar públicamente ser un "tonto"




  
Unos días después de la clamorosa confesión de Jordi Pujol, que se ha declarado públicamente evasor fiscal, hoy otra auto inculpación sacude el mundo de los medios.

Ramón Pérez Maura, adjunto al Director del periódico ABC, ha reconocido haber sido un “tonto”, un “tonto útil” añade un poco presuntuosamente.


En su columna del ABC Pérez Maura reconoce de no haberse dado cuenta, por zote, que en sus apariciones en el programa de LaSexta “Al Rojo Vivo” participaba de protagonista al “juego casi decimonónico (¿) del tonto útil, un concepto político marxista (sic) con el que se define a personas que al defender unos principios acaban convirtiéndose en instrumento de sus rivales”

Pérez Maura, que empezó su colaboración con LaSexta en el 2011, antes de su fusión en Atresmedia, cuando el programa era seguramente más sesgado, al no participar entonces ningún representante del PP, individua en la influencia de los nuevos accionista, y particularmente en el Presidente del Grupo Planeta, el haber transformado esta TV “en la que más ha hecho por cuestionar nuestra democracia”

La prueba consistiría en la aparición, a partir de la fusión,  de “uno o varios políticos de IU, PSOE, ERC y en alguna ocasión de Podemos” entre los invitados.

Lejos de considerar normal que en una tertulia política tengan cabida todas las distintas y opuestas opciones políticas, Pérez Maura imputa tal cambio a un “viejo axioma: periodismo y dinero, condicionando el resultado electoral. El marqués (con referencia a Lara) coloca en sus tertulias a políticos de izquierdas que con sus diatribas contra el sistema dan audiencia a su televisión y esa audiencia da dinero al señor marqués”

Anticipando la lógica objeción que en Atresmedia hay otros canales de diferente orientación editorial, se refugia en la comparación con el semanario El Caso, extinto desde ya 17 años: “En Antena 3 la política nunca tapa un buen suceso”

Pérez Maura cierra la columna confesando “que he sido un tonto útil, pero creo que hay quien merece ese título más que yo, y no lo reconoce”

En esta columna, publicada sin pre aviso y sin que el autor recibiera por parte del programa o de la cadena ninguna censura o limitación a su libertad a lo largo de más de tres años y medio y 120 participaciones, Pérez Maura demuestra de entender muy poco de lo que está pasando en España,  de concebir el periodismo como una militancia, con la pretensión que los medios, más que líneas editoriales, tengan afiliaciones claras y univocas. Se equivoca a considerar LaSexta como la TV nodriza de Podemos, ya que ha sido buena ultima en invitarlos a sus programas y mucho menos frecuentemente que Cuatro. Habla de dinero, olvidando las decenas de miles de euros que ha cobrado por sus participaciones. Reclama a los demás medios una coherencia editorial que su grupo no manifiesta, más allá de estar siempre alineado con quien gobierne, sea quien sea, allí donde se publican sus periódicos.

Por todo esto comparto solo el 50% del núcleo de la columna de Pérez Maura y eso del “tonto” me lo compro, por ser muy convincente.

Lo que rechazo es el atributo “útil”, por presuntuoso, totalmente inmerecido e injustificado.

Si un tertuliano, en más de tres años y en 120 tertulias no se entera de donde está, con quien juega y a qué se juega, creo que con un “tonto” a secas despacharíamos adecuadamente el expediente.

Por otra parte, si un tertuliano, exponiendo sus ideas,  acaba haciendo el juego del contrario, como reconoce Pérez Maura, creo que la definición de “tonto inútil” se imponga por evidencia.

Y finalmente estoy de acuerdo con Ramón Pérez Maura: si existiera un campeonato mundial de tontos y el decidiera participar, probablemente ganaría solamente la segunda plaza. No por no tener méritos, mas bien por “tonto”




jueves, 17 de julio de 2014

TEMPUS FUGIT
el futuro de los telediarios de la noche


(Dedicado con cariño a Macarena P. Lanzas que, a pesar de su crónica marciana de mi intervención, tiene todavía el mérito de haber abierto el debate sobre este tema. Gracias)



Jueves 16 de julio, en un Curso de verano de la Universidad Complutense de Madrid, donde me habían invitado a dar una conferencia sobre “Las otras pantallas de Televisión”, un alumno de no más de 25 años me preguntó: 

“¿No considera que los informativos de las 21.00 h. lleguen un poquito tarde, cuando todo el mundo ya se ha enterado de todo lo que ha pasado en el día?”

Son almeno seis años que me hago la misma pregunta, frente al lento declive medianamente generalizado de los telediarios de la noche.

Los últimos 15 años han sido caracterizados por la enorme difusión de todo tipo de devices digitales, la explosión de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC), la extensión de la capacidad de conexión, la progresiva  y  masiva alfabetización digital, la proliferación de nuevos medios digitales de información.

Todos estos factores han determinado en todo el mundo un cambiamiento radical en la fruición de noticias.

En las últimas décadas, distintos y sucesivos cambios tecnológicos ya habían transformado o hecho desaparecer varios productos informativos.

La transición de la linotipia a la foto-composición y la des-centralización de las plantas de impresión de los ’80/’90, permitieron a los periódicos de la mañana retrasar de varias horas el cierre de su última edición. La consecuencia fue la desaparición de las ediciones de la tarde, los periódicos “vespertinos”, que ya no podían añadir mucho más a lo que habían publicado los matinales.

La proliferación de las publicaciones electrónicas ha sido la principal causa de la progresiva reducción de la prensa especializada, mensuales y trimestrales principalmente.

Internet ha matado la enciclopedia.

La información digital, on-line y con permanentemente actualización, está arrinconando el periódico de papel, imposibilitado a competir en frescura y actualidad, y causando que cada vez parezca más el diario de ayer que de hoy.

Ahora la marea del cambio acaricia la mismísima tele, insidia la “catedral” de la información televisiva, aprieta su principal producto: el telediario de la noche.

Hay que recordar que la receta del éxito de un telediario de la noche siempre ha sido, hasta ahora, hacer un buen resumen de las principales noticias del día, presentadas y redactadas con equilibrio y profesionalidad, bien jerarquizadas, con una pizca de opinión y de vez en cuando con información propia exclusiva.

Los tres principales telediarios españoles son buenos productos, realizados por buenos profesionales, aplicando la misma receta. Tanto es así, que los tres siempre han sido muy similares, por escaleta, por selección de noticias, por duración. Quien ve la TV profesionalmente en una multi-pantalla ha podido comprobar infinitas veces este sincronismo informativo.

Hoy en día pero ocurre que cada vez mas personas consultan con uno de los diferentes dispositivos portátiles, y varias veces al día, una u otra página de información digital, muy a menudo las propias ediciones digitales de los principales periódicos, que alimentan constantemente el nivel de información de esas personas. 
Ocurre que las redes sociales, como Twitter y Facebook, nos mantienen informados constantemente de la evolución de una noticia que nos interesa, a tal punto que podríamos decir que es la noticia que nos busca a nosotros, y no al revés, como hasta ahora.
Ocurre que el ritmo sincopado de la vida en la época digital reduce a pocas horas la vida de una noticia, que al aparecer genera inmediatamente respuestas y reacciones, que la superan y la hacen olvidar.

Ocurre que un resumen de lo que ha pasado en el día ya no corresponde a la nueva demanda de información de un público más informado y propiamente por eso más hambriento de información nueva.

He comparado el telediario de la noche a una invitación a cenar dirigida a quien a esa hora ya ha cenado. Si es un amigo, aceptará y por cortesía picará algo, pero su disponibilidad a repetir lo que le ofrecemos será cada vez menor, ya que ha comido por su cuenta y eligiendo plato a plato lo que más le gusta.

Por eso sostengo que ha llegado el momento de revisar el formato del telediario de la noche, el principal producto informativo de las principales cadenas de televisión, si queremos mantener el liderazgo que la TV ostenta todavía en el panorama de los medios que informan.

No se trata de eliminar los informativos de la noche, como erróneamente titula la crónica de Macarena P. Lanzas; se trata de encontrar respuestas nuevas a una demanda nueva, y no menor, de información televisiva, sin temor a la innovación, con atrevimiento y espíritu de modernidad.

Producir un telediario ya no será llenar un depósito de información suficiente para todo el viaje del día siguiente. Nadie puede pretender conseguir eso, en época digital.

Un buen telediario de la noche será el check point del día: (i) recordar lo principal, (ii) marcar el estado del arte en ese momento y (iii) fijar opiniones. Será un producto ongoing, ofrecido en el momento da máxima audiencia.

No me toca a mí indicar soluciones. Hay profesionales de sobra para concretar este cambio, profesionales que hace 20 años, cuando tenían 30, de un día por otro  pasaron del analógico al digital y se convirtieron en comunicadores capaces de producir integralmente, audio y vídeo incluidos, una noticia de telediario.

No puedo pensar que no vean los mismos peligros que yo y que no sepan encontrar un nuevo camino. La artrosis, que hace rígidas no solo las articulaciones, tiene un potente antídoto: el entusiasmo, para descubrir nuevas fronteras y superarlas.


Vamos: lo de siempre, para  periodistas de raza!

martes, 6 de mayo de 2014

DURA LEX

Ayer, a media noche, en España, se apagó una tercera parte de la oferta privada de televisión; un apagón sin precedentes, probablemente el más grande de la historia.

Nueve de los 24 canales nacionales de TDT han desaparecido de nuestra pantalla por una orden del Gobierno que, por boca de su ministro de Industria, “solamente se ha limitado a aplicar una sentencia del Tribunal Supremo del 2012”.

Nadie explica que la sentencia condena precisamente al Gobierno y reconoce que las empresas cumplieron todas y cada una de sus obligaciones en la transición de analógico al digital, tanto que admite su derecho a pedir una indemnización al Estado.

El Tribunal Supremo ha constatado que la concesión del 16 julio del 2010 a cada operador de un multiplex digital, con posibilidad de emitir cuatro programas TDT en lugar de solo uno analógico, es posterior en 10 semanas a la aprobación de la Ley General de Comunicación Audiovisual, que exige un concurso público para cualquier nuevo canal de televisión. Una desatención del departamento legislativo del gobierno de entonces, que una simple disposición transitoria hubiera saneado, como el propio Tribunal reconoce, si se lee su sentencia.

Por esta razón, y no por otras, el Tribunal estimó en esta ocasión el recurso presentado y no uno análogo, que el mismo recurrente interpuso hace unos años, antes de la aprobación de la LGCA, y que fue entonces rechazado por la misma sala.

Esta, en definitiva, es la causa del cierre de nueve canales.

Insignes juristas han criticado el “excesivo” formalismo aplicado por la sala tercera del Tribunal Supremo; valga por todos el artículo publicado por D. Tomas de la Quadra-Salcedo, ya ministro de Justicia y Presidente del Consejo de Estado.

Y por tratarse propiamente de un “vicio formal”, Uteca, la asociación de las TV comerciales, propuso al Ministerio de Industria la aprobación de un Real Decreto Ley retroactivo para subsanar la situación, como el mismo ministerio había hecho en al menos otra ocasión, en el sector de la energía.

Pero para la televisión privada no ha sido así.

En la polémica de estos días, muchos han invocado el “Dura lex, sed lex”, lema del derecho romano que define el principio de seguridad jurídica: si hay una ley, por dura que sea, se aplica igual para todos.

Son los que definen un “regalo” del Gobierno de ZP a “sus amigos” al haber concedido a las empresas nada menos que el espectro que ya tenían (ni un solo mega hertzio más), o imputándole la concesión de “nuevas” licencias (eran seis y siguen siendo seis).

No hubo concesión ni de más espectro, ni de más licencias; ni hubo trato preferente para uno u otro de los operadores.

¿De qué hubiera tenido que tratar el concurso que se invoca?

¿Se consideraban pocos seis operadores privados y dos públicos, prácticamente el doble de cualquier otro país de la UE?

¿Por qué sancionar el esfuerzo económico, financiero y empresarial de las empresas que, multiplicando su oferta de canales (casi todos gratuitos) han permitido una transición modélica al digital?

¿Por qué castigar la colaboración del sector televisivo privado que, con la multiplicación de su oferta de canales, asumía un incremento de gastos, sin ninguna correspondiente subida de ingresos publicitarios?

Y sobre todo: ¿por qué exigir al sector un esfuerzo a cambio de una contrapartida y, 8 años después, revocarla porque el propio Estado ha cometido un error formal?

Más que de “Dura lex, sed lex” tendríamos que hablar de “Dura lex, sed lax”: una ley dura, pero falaz!

Hoy ya se ha cumplido la sentencia y vuelve la política. Y el Gobierno no puede seguir escudándose en el Tribunal Supremo.

Ahora el gobierno tiene que gobernar, y decirnos como quiere evitar que otro recurso, el tercero interpuesto por el mismo recurrente, que amenaza a la supervivencia de otro ocho canales, pueda generar otra sentencia similar, que puede llevarnos a un retroceso de 25 años en el panorama televisivo español, pasando de 24 a solamente 7 canales de TDT, sin intervención de la política, solamente por vía judicial.


Todos, ciudadanos, empresas, fuerzas políticas, sociedad civil, tenemos derecho a conocer cuál es el proyecto de futuro que este Gobierno quiera para la televisión privada, el motor del sector audiovisual y de las TIC